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febrero 16, 2007

COMMENCEMENT

Victoria abrió la puerta de mi habitación y me encontró durmiendo en la posición más incómoda posible. Paseó su mirada por el cuarto y encontró el recogedor y la escoba, también se dio cuenta que los libros que estaban sobre la cama habían pasado al menos una semana en el suelo que ella recordara. Ahí sobre la cama, entre los libros, los discos y las cobijas yo había caido dormida. Mi cuello se torcía como si deseara sumergir la cabeza en el colchón mientras un brazo soportaba todo mi peso y el otro abrazaba los libros.

Se sentó en la cama a observarme dormir y sonrió. Se recostó junto a mi ocupando el lugar de los libros usando mis brazos de cobertor. Se pegó a mi cuerpo mientras acariciaba mi mano. Mi respiración debió ser muy relajada pues rapidamente Victoria se sintió en un paz. Se giró hacia mi acariciando mi nariz con su cabellera rizada.

"Te quedaste despierta con ella ¿no es asi?" acomodó mi cabello y posó su mano sobre mi pecho "Bendito tu corazón que late de esta manera..."

La sentí entre mis brazos y la abracé por instinto. Abrí los ojos lentamente y sentí su perfume a invierno.

"¿Vict...?" Sus sollozos me detuvieron. "¿Qué pasa?"

Ella enterró su rostro en mi pecho llorando, yo la abracé con todas mis fuerzas. Me sentía tan inútil como siempre, ¿cómo podía yo aliviar el dolor de ella, de Victoria? Ella levantó la mirada entonces y al encontrarse con mis ojos hundió su rostro en mi cuello. No necesitaba poderes de ningún tipo para saber que rehuía mi mirada.

"Ya resolviste ese asunto de corazón dividido, ¿verdad?"

"Sí...." me limité a responder sus preguntas.

"¿Eres feliz?"

"Mucho..."

"¿Esta vez es verdad? ¿De verdad eres feliz?"

"Esta vez es distinto... no sé cómo pero me hace sentir una felicidad que estalla como el cosmos y se expande en mi pecho. Es una felicidad infinita, constante, sobrecogedora....."

"Me alegra." Victoria beso mis labios con los ojos cerrados y sólo los abrió cuando estuvo a salvo de los mios.

"¿Por...?" Ella se soltó de mis brazos y se levantó de la cama. Miró el lugar como si deseara recordarlo en el desorden en el que se encontraba y se fue.

Me senté en la orilla de la cama pensando qué había pasado. Entonces escuché la canción más triste que en mis oídos ha tocado. Abrí la puerta y vi a Victoria cantando en la mitad del patio. La vi como hacía muchos años no la veía, su cabello blanco ondeaba con un viento mágico, sus ropas sexuales desaparecidas y reemplazadas por un largo vestido blanco... la piel palida y los ojos helados.

Di un par de pasos hacia atras y me encontré frente a un espejo. Mis ojos se veían diferentes... No encontré rastros de ella en ellos.... no podía ser. Corrí al patio y me abalancé sobre ella... o esa era mi intención, la atravesé como al humo y desapareció. Regresé a mi habitación confundida y me detuve a admirar las fotografías que dejé abiertas en mi computadora. Dios... es hermosa. Quiera la fortuna que no se vaya de mi lado nunca...

Sé que Victoria no me abandonará que volverá cuando la necesite... lo único que no sé es si cuando la vuelva a ver aún será mi Victoria.

Por Kamatz @ 8:00 p.m.     #0 Comentarios




enero 31, 2007

DIVISION

Nunca me imaginé que podría mirar a alguien y sentirme enamorada de nuevo, aunque fuera simplemente por un momento. Extraño más que nada ese sentimiento cálido inundando mi corazón, extraño las sonrisas fortuitas y las llamadas a media noche. Extraño sentir un par de labios sobre los mios y sentir que el corazón se me acelera. Extraño la sensación del calor de otro cuerpo al dormir.

Victoria me miró con el ceño fruncido. Leía mi mente en mis ojos. Se acercó hasta donde estaba pensando. Sólo sentí un ardiente fuego quemando mi mejilla y vi la frialdad en sus ojos mientras agitaba la mano que había estrellado contra mi rostro. Bajé la mirada humildemente y entonces me abrazó.

Otra vez sentí aquellos brazos en los que había crecido... sólo que esta vez no me abandoné a ellos.

"¿Qué pasa?" preguntó ella susurrando en mi oído.

"¿Se puede amar a dos personas?"

"No... no con el mismo tipo de amor."

"Eso pensé."

Me solté de su abrazo y me senté en la cama. La división que existía en mi pecho estaba ahogándome. Por un segundo sentí que volvía a tener 15 años, sentí que curaba mi corazón divirtiéndome y sintiéndome bien al conquistar otros corazones. Llevé mis manos a mi rostro y suspiré.

"¿Qué ha pasado con ese amor que te quemaba?" preguntó parada frente a mi.

"Eso fue hace un año... no estoy segura de lo que siento, ni de lo que quiero sentir." Me rendí recostándome en la cama mirando el techo. El corazón me palpitaba inseguro, era como si deseara apagarse. Sentí sus manos colándose bajo mi ropa y su cabeza apoyándose en mi pecho. Ese abrazo tan íntimo, tan nuestro, siempre encontraba la manera de acariciarme el alma.

"Tienes miedo, ¿no es así?"

Asentí sin mirarla. Estaba aterrada, aterrada de encontrarme nuevamente vulnerable, aterrada de enamorarme y equivocarme. Aterrada de haberme desenamorado y vuelto a enamorar sin darme cuenta. Sentí el terror correr por mi garganta. Ella colocó su mano sobre mis labios, su tacto como siempre tenía la suavidad de una pluma de ángel.

"Ni siquiera estás pensando bien." Me recriminó y me reí. Nunca sabré cómo hace para leer mis pensamientos. "No soy una amante cursi. No me tomes por alguien que no soy."

"Victoria..."

"Está bien. Sólo por hoy puedes esconderte en mi. Mañana tendrás que enfrentar tus miedos."

Desesperada por sentir sus labios la besé. El sueño me venció antes de cansarme de besar sus labios y su cuerpo. De alguna manera nunca entenderé cómo es que no me abandona, cómo es que soporta que mi mente y corazón sean ocupados por los nombres de muchas mujeres pero nunca del suyo. Alguien me dijo que en mi mirada siempre se percibe tristeza y... Tal vez no le molesta que otras mujeres ocupen mi mente y mi corazón porque nadie puede arrebatarle su lugar en mis ojos.

Por Kamatz @ 7:55 p.m.     #0 Comentarios




mayo 04, 2006

ROMANCE

"¿Amor?"

"¿Mmm?" distraje mis ojos de la pantalla del monitor observándola observarme desde la cama.

"Te has enamorado."

"¿De qué hablas?"

"Se te nota desde el espacio. ¿Es ella?"

Asentí rindiéndome a su mirada escrutadora, fue una sonrisa la que me delató. Siempre sonrío si pienso en ella.

"Entonces, ¿es amor?"

"No te sabría decir." Me sonreí cómplice de mi propio secreto y continué aplastando el teclado con un compás monótono.

Detrás de mi sentí su mirada celosa reclamándome atención y la confesión de mi secreto. Dejé mi trabajo y me acosté junto a ella abrazándome a su cintura, descansando mi cabeza en su vientre. Pensé durante un minuto lo que debía decirle, lo que yo misma sabía y lo que sólo estaba en mi cabeza. Le besé el vientre y sonreí.

"Tal vez."

"¿Tal vez?"

"Pensé que sólo sería algo temporal, tú sabes lo fácil que me es enamorarme y desenamorarme." Soltó una risilla llevándose una mueca de mi parte y un pellizco en el codo.

"Pero te enamoraste un poco más allá de tus niveles normales. ¿Qué siente ella por ti?"

"Nada... creo."

Me abrazó con fuerza y me llevó hasta sus labios arrancándome el alma con la seda de su lengua. Me refugié en sus brazos y sin querer me quedé dormida. Sus manos recorrieron mi espalda acomodando mi cabello a su antojo.

"Algo te habrá dado que le has permitido tocarte las orejas." susurró acariciando mis orejas divirtiéndose con mi reacción.

Al abrir los ojos ella seguía ahí, abrazándome y durmiendo. Sonreí ante la imagen y volví a acurrucarme junto a ella.

"Sí estoy enamorada de alguien, puedo asegurar que es de ti."

Por Kamatz @ 3:25 p.m.     #0 Comentarios




marzo 28, 2006

LASSITUDE

El despertador comenzó a sonar y me envolví en las cobijas como una cochinilla cuando siente peligro. Herméticamente cerrada al mundo cerré los ojos nuevamente y estaba sintiendo el sopor del sueño cuando un par de manos trajeron luz a mi oscuridad acolchada. Apreté los ojos en un esfuerzo por evitar que la luz me arañara las pupilas.

"Arriba, dormilón."

Le arrojé la almohada decorada con la figura de una mujer que me gané en unos desodorantes. Ella me la devolvió con mayor fuerza y escuché su risa. Con ganas de nada me deshice de las cobijas y la observé sin saber qué demonios estaba haciendo en mi habitación tan temprano.

"¿Desde cuándo te diriges a mi en masculino?"

"¿No te gusta?"

"Me da la misma pero tú no lo hacías."

Se trepó a la cama como una niña pequeña y me abrazó con fuerza. Sorprendida por su reacción me limité a acariciar su cabello y a sonreír. Es placentero verla como si se tratara de un cachorro indefenso, son los pocos momentos en los que me permite protegerla. Me concede un par de minutos donde mis brazos son la protección perfecta para ella, como si yo pudiera ser mas fuerte que ella, como si necesitara que yo cuidara de ella en vez de ser al revés.

"¿Todo bien?"

"Todo perfecto." dijo ella abrazándome y arrojándome a la cama nuevamente.

"Voy a llegar tarde."

"No me importa." Cerró los ojos y después de unos minutos de acariciar su cabello supe que dormía.

Me es complicado entenderla y hace mucho que renuncié a hacerlo, me limito a darle lo que me pide cuando lo pide, a estar con ella dónde y cómo ella diga. No estoy a su disposición, pero no me cuesta nada regalarle unos minutos. Al contrario, ella me regala momentos de calma y felicidad cuando su cabeza descansa en mi pecho y se abraza a mi ocultándose del mundo que la reclama, de la gente que la llama y la maldice. Besé su cabeza y cerré los ojos una vez más. 20 minutos con ella bien valen llegar tarde a clase.

Por Kamatz @ 12:49 p.m.     #0 Comentarios




marzo 23, 2006

LA PLUIE

En el mundo existen pocas cosas que me complacen más que la lluvia, caminar con ella tomada de mi brazo quizá sea la que más la supera. Las dos combinadas son un placer que apenas si puedo describir, y es aún más extraño el poder disfrutar tan exquisita mezcla. Hay muchas razones por las que la lluvia me fascina, entre ellas está el viento ligeramente frío que acompaña el llover, está la sensación de abandono del mundo. ¿Han notado cuán vacías se vuelven las aceras cuando el agua las camina? Es como si el mundo te perteneciera y al mismo tiempo no fueras parte de él ni él de ti.

"Es romántico, ¿no?" me dice observando la lluvia.

"Es romántico que camines de mi brazo bajo un paraguas."

Ella me sonríe y veo un ligero rubor sobre sus mejillas, no responde nada y acaricia mi brazo. Disfruto mucho su compañía pero creo que nunca habíamos caminado así bajo la lluvia. Anduvimos así, disfrutando nuestro alrededor.

"Es como caminar en una acuarela, ¿no?"

Tenía razón, parecía que los colores se diluían de los objetos y se expandía. Por un momento creí que también nosotras nos deslavábamos y nos confundíamos con las plantas, con el cielo gris. La abracé en una esquina y nos detuvimos a mirar la lluvia sin la protección del paraguas. Se abrazó a mi cerrando los ojos y yo hice lo propio acariciando su cabello. Quién sabe qué historias trazamos en ese momento, cuántas de ellas se habrán deslavado de nuestras mentes, pero durante un segundo, la eternidad nos alcanzó mirándonos a los ojos esperando nada del mañana y recordando nada del pasado.

"La lluvia pone a muchos a pensar en ti." Le susurré cuando sus ojos le sonreían a los mios.

"Me alegra estar con la única persona que no ve noscivamente mi presencia." Le sonreía y la besé bajo la lluvia, en ese mundo que no es mío ni yo soy de él, en la invisibilidad de dos figuras que se abrazan bajo el agua mientras los demás huyen.

Por Kamatz @ 10:58 a.m.     #0 Comentarios




marzo 12, 2006

Trahison

Se me escapó un suspiro exhasperado mientras ella leía algo recostada en mi cama. Sus ojos se levantaron de la historia en la que se había sumergido hacía horas y se posaron en mí.

"¿Qué sucede?"

"Me molesta..." pacientemente esperó que volviera a exhalar un suspiro que sonó más como un gruñido. "Me molesta que la gente que me rodea sea tan inmadura. ¿Por qué simplemente no se pueden comportar de acuerdo a su edad en lugar de reaccionar como un mocoso de diez años? No, ellos son más maduros, lo he visto en mi servicio social."

Dejó escapar una risilla sabiendo que mi enojo se proyectaría en ella hasta que la conversación terminara. La maté con la mirada y sentí como se erizaron los vellos de mi espalda como un gato que presiente un zapato volador.

"¿Qué te puedes esperar de una persona así?"

"Esperaba que en poco más de cuatro años hubiese madurado..."

"¿Es que no habrías reaccionado igual en su situación?"

"No."

"¿No?"

"No. ¿Tengo que recordarte mi propia situación? Yo sabía que mi novia a nadie le caía bien, o a muy pocos de los amigos que no teníamos en común de verdad la apreciaban. El resto simplemente preferia evitarla. ¿Cambié yo con ellos?"

"Ninguno de ellos era tu ex."

"No es verdad. No dejé de hablarle porque no se soportaran mutuamente... como es lo normal. Le dije a ella que poco me importaba que se enojara porque yo no iba a dejar de hablarle a mi ex sólo por un capricho o por celos de su parte. Le costó, pero lo entendió. No soy un ejemplo de madurez pero esa es una reacción M-A-D-U-R-A."

Victoria se acercó a mi y me abrazó por la espalda, me cubrió los ojos con sus manos y mordisquó mi oreja haciéndome olvidar por completo la razón por la que me había molestado. Escuché su risa, estaba leyendo la última página que visité.

"¿Ya lo viste? Me quitó de su lista de amigos."

"¿De verdad querías seguirle hablando?"

"Me gusta llevarme bien con mis ex..."

Me regaló un beso en los labios y susurró algo como "No te enojes." Me jaló hasta la cama para que pudiera seguir leyendo mientras yo dormía un rato más. Supongo que es también inmaduro de mi parte enojarme por esto, pero siempre he despreciado a la gente que no te puede decir en la cara 'Mi vieja me pega y por eso ya no te voy a hablar.' Porque uno es buena gente, trata de ser amable la mayor parte del tiempo, ¿y todo para qué? Para que no sean capaces ni de darte una explicación además de bloquearte en el messenger y borrarte de la lista de amigos. Su mano en mi cabello me arrulló hasta mandarme al mundo de los sueños. Me aseguré que no se fuera y me abracé a su cintura como se hace con un peluche.

Por Kamatz @ 3:42 p.m.     #0 Comentarios




marzo 03, 2006

Danser

El golpe en el hombro no me afectó tanto como la risa que le siguió, esa sí me estremeció hasta la médula. Son tan pocas las veces que he podido escucharla reír que no pude evitar abrazarla con todas mis fuerzas y quitarle un beso de los labios. Antes de que me regalara la frialdad de sus ojos la invité a bailar. Aún extasiada por esa súbita felicidad aceptó y rodeó mi cuello con sus brazos. Bailar con ella es uno de los placeres de la vida y además es un deporte de alto riesgo. Sólo quienes nos confiamos a sus manos podemos bailar con ella y estar seguros de que no nos lanzará a un abismo. Norah Jones cantaba Be Here to Love Me mientras nos movíamos en un cuadro del piso. Apoyé mi sien contra la de ella y cerré los ojos. Casi puedo apostar que ella hizo lo mismo y durante los tres minutos y medio siguientes se abandonó a mis brazos.

"¿Eres feliz?" Es inusual escucharle decir esa palabra, suena extranjera en su boca.

"En este momento lo soy." Pude sentir su sonrisa e inmediatamente su cuerpo se pegó al mio de la misma forma en la que se unen cuando compartimos el colchón.

Seguimos bailando sin mirar el reloj, sin escuchar la música, simple y sencillamente compartiendo latidos. Esta vez fue ella quien me quitó un beso que después fui a rescatar. La comunicación entre ella y yo no tiene necesidad de ser verbal, podemos contarnos tantas cosas simplemente tocándonos.

"¿Quién es ella?" preguntó sin despegarse, sin soltarme, sin siquiera perder la felicidad en su voz.

"¿Quién?"

"Quien te tiene tan feliz. Sé que no soy yo y ninguna mentira que te inventes podrá hacerme creer lo contrario. ¿Quién es?"

Besé su sien y comencé a hablarle del amor platónico y perfectamente no correspondido al que me he entregado últimamente. Ella no borró la sonrisa de sus labios, en cambio, se abrazó más a mí. Seguimos bailando mientras mi relato continuaba. Al final la música se acabó y nos quedamos una frente a la otra. Le sonreí y ella hizo lo propio.

"Buen día." y desapareció como siempre.

"Olvidaste mi lección." susurré pensando en ella y en mi amor imposible. "Será que no hay nada que aprender de un amor que no puede ser correspondido... o que no puedes aleccionarme en algo de lo que tú sufres."

Me colgué la mochila del hombro y salí corriendo a clase.

Por Kamatz @ 8:51 a.m.     #0 Comentarios